El jamón ibérico también forma parte de ese grupo de carnes procesadas que según la OMS deberían consumirse de forma moderada y ocasional.
Sin embargo, las grasas del cerdo ibérico no son las mismas que las de la ternera o cordero.
La grasa de los animales ruminates es mucho más rica en ácidos grasos saturados que la de los cerdos en general. LA diferencial es aún mayor si lo comparas con el cerdo ibérico alimentado a base de bellotas y aún más si estos gozan de libertad ya que caminan mucho y tiene menos grasa y más musculo.
Además de esto cabe mencionar que hay estudios que apuntan sus beneficios cardiovasculares, que dicen que el conusmo moderado de jamón ibérico de cebo y de bellota mejora los vasos sanguíneos y la tensión arterial.
De la misma opinión hay expertos que citan que el jamón ibérico no esta sometido a ningún proceso industrial y no lleva ditivos por lo que es menos tóxico para la salud.